Cuando llegan las terneras muertas comprobamos la temperatura, el valor del pH y sus índices de carne-grasa. Pesamos una pata de cada animal y le asignamos un número exclusivo de lote. Este número se utiliza, entre otras cosas, para averiguar el lugar de nacimiento de la vaca y dónde se cebó, se sacrificó y se deshuesó. De este modo, si fuera preciso, se puede realizar una trazabilidad del producto.
En la sala de producción, nuestros empleados trabajan eficaz y meticulosamente. En menos de 25 minutos, las patas del animal se deshuesan y cuartean y, si hace falta, se empaquetan al vacío. A lo largo de todo el proceso, el sistema de enfriamiento se vigila y controla de manera centralizada, con el fin de garantizar que, durante el procesado y almacenamiento, la carne de ternera posea una temperatura constante.
La sala de empaquetado es el lugar donde los productos se pesan, se almacenan y se empaquetan. El empaquetado al vacío y las cajas se marcan con un código de barras y se etiquetan con los datos que contienen, necesario todo ello para la trazabilidad. Esta información se puede complementar con sus propios datos impresos conforme a sus especificaciones, para poder vincularlos directamente con los procesos de su empresa.
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